Es el típico postre de las abuelitas que dejaba un olor a vainilla en la casa que nadie podía resistirse a ir a la cocina para cucharear lo que pilláramos. Muchas veces se le tiene miedo a este postre porque hay que cocer el merengue en leche. Éste paso es súper fácil, así que cero complicaciones. Se puede hacer en porciones individuales o en un recipiente grande para ponerlo en la mesa. 

Ingredientes 

• 3 tazas de leche
• 3 huevos
• 1 cucharadita de esencia de vainilla
• canela en polvo
• 2 cucharitas de maicena
• 3/4 taza de azúcar
• 2 cucharada de azúcar (para las claras a nieve)

1. Lo primero que hacemos es separar las yemas de las claras. Una vez que las separamos, batimos las claras a nieve. Cuando las claras estén blancas y espumosas se colocan dos cucharadas de azúcar y se continúa batiendo. No cambies la velocidad de la máquina cuando estés haciendo merengue, utiliza una velocidad media-alta pero nunca en la máxima.
2. En una olla ponemos a hervir la leche y el azúcar, le agregamos la cucharadita de esencia de vainilla y una vez que rompa a hervir, baja el fuego al mínimo. Con dos cucharas debes hacer copitos de merengue del tamaño que resulten, acá no hay que ser perfecto. Coloca cada copito uno por uno en la leche caliente y asegúrate de darles vuelta para que se cocine por ambos lados. Al sacarlos, déjalos reposar en un recipiente de vidrio. 
3. En este punto se baten las yemas para agregarlas a la leche caliente. DATO ÚTIL: antes de volcar las yemas en la leche caliente es mejor temperarlas agregándoles un poquito de la leche tibia sin dejar de batirlas, así evitas que se cocinen de golpe y se hagan grumos. Una vez que las yemas estén temperadas, se agregan a la leche caliente, se agrega además la maicena (disuelta en un poquito de leche fría) y de revuelve con hartas ganas hasta que espese y se saca del fuego.
4. Sirve de manera individual un poco de la mezcla de la leche y uno o dos copitos de merengue. Si vas a servirlo en un recipiente más grande, sólo pon la mezcla y luego los copos. 

Adorna un poco espolvoreando con canela o usando unos pétalos de algunas flores que tengas por ahí. Ahora estamos listos para comer este postre tan antiguo que es un éxito seguro para grandes y chicos. Acuérdate de mí, más de algún recuerdo de los abuelos va a salir con ese postre.